Isfara… al otro lado de la frontera
Cruzamos a Isfara, nuestro primer destino en Tayikistán, el último de los Stans que íbamos a visitar… después de casi 4 meses por países exsoviéticos y varios stans a las espaldas, creíamos que era muy difícil que Tayikistán nos sorprendiera. Ya sabéis, por aquello de ver las cosas con “ojo nuevo”… la capacidad de sorpresa se diluye con el tiempo.
Pero nos equivocamos… no tardamos ni 10 minutos en darnos cuenta de nuestro error. Justo en el paso fronterizo, la garita era inexistente… una barrera de madera que se accionaba manualmente fue todo el dispositivo que encontramos, junto con un soldado de unos 18 años que anotó nuestros nombres en una libreta… el trato que recibimos de parte de los militares que la custodian fue muy bueno… amables, simpáticos, bromeando. Muy correctos en todo momento y muy amigables. Lástima que esa sería la primera y última vez en la que podríamos confiar en la policía… el resto del viaje, fueron ellos quienes nos hicieron sentir inseguridad y miedo.
Y de ahí, pocos kilómetros más y llegamos a Isfara, nuestra primera parada en el país.
No hay lealtad entre taxistas…
No habíamos bajado del coche que nos traía desde Batken que un grupo de taxistas se abalanzó sobre el auto empujándose unos a otros… nos querían. “Khojand?”… “Dushanbe”… iban gritando… No! Hotel! Decíamos nosotros. Tardamos unos 15 minutos en poder escapar de aquella jauría. Suerte que no somos personas de primeras impresiones, porque aquella fue nefasta…
Con la constante sensación de haber viajado al pasado, nos dispusimos a buscar alojamiento y nos acercamos al primer hotel… soviético, roñoso y decrépito no tenía ni recepción. Sin agua ni camas daba mucho miedo… en ese punto conocimos a Ozgur, un tayiko que ha estudiado en Moscú y que planea volverse pronto, dice, porque “aquí no hay oportunidad ni opción… el gobierno se está cargando lo poco que queda de este país. Es todo tan corrupto, que si no pagas ni siquiera te dejan trabajar”. Y es que la palabra corrupción es la que más pronuncian los locales… Nos ayudó a buscar otro alojamiento más “decente”, con agua fría y camas y nos invitó a tomar el té en su casa con su familia: un hermano y su esposa que también viven en Moscú y su madre, que es médico en el pueblo. Con ellos charlamos y debatimos durante horas sobre la situación económica de Tayikistán y su futuro o falta de él… un país hermoso con muchos recursos muy mal gestionados donde la principal fuente de ingresos son las divisas que los inmigrantes mandan a sus familias desde Rusia. “Una fábrica de mano de obra barata para Rusia, eso es lo que somos”. “Se calcula que con la caída del rublo y la prohibición de sacar divisas de Rusia, Tayikistán está sufriendo su peor crisis… “
A la caza de internet…
Antes del té, y después de instalarnos fuimos a comprar una tarjeta sim para poder tener internet, porque los wifi en los hoteles baratos no abundan que digamos. Por 50TJS nos vendían 2 Gb de internet, aunque había un problema, teníamos que ir a la policía a pedir un registro y una autorización para tener una sim local. E ir a la policía nunca es buena idea… implica sobornos, corrupción y disgustos. Es lo que tienen las “Democracias de partido único”, eufemismo con el que se definen a sí mismos estos países… Pero nos aguardaba una grata sorpresa… El dueño de la tienda es un informático que estudió en Granada un año… Así que hablando en castellano y con mucha ilusión, nos dio la tarjeta registrada con su pasaporte para que no tuviéramos que ir a la policía… Mil gracias Buzur!
Encuentros callejeros…
No hubo momento en el que andásemos solos… hasta la hora de la comida fue una anécdota tras otra. Con nuestro ruso que mejora muy lentamente comer es casi siempre una aventura: los mejores platos no están en los menús en inglés ni tienen foto. Pero al final, confiando en el cocinero, comimos de lujo por muy poco.
Paseando…
Una avenida principal bien surtida de oferta de ocio, con un par de plazas, un río bien cuidado y sus terrazas decoradas, un monumento a los caídos como no podía faltar y un vibrante bazar es lo que regala Isfara al visitante. Sin grandes aspavientos, el pueblo está mucho más cuidado y en mejor estado que muchos pueblos que hemos visto en sus vecinos del este… Macetas con flores decorando los puentes y fuentes iluminadas con leds… todo con los imperdibles colores de la bandera, porque aquí, el patriotismo, es asignatura obligatoria en las escuelas!
Si bien el pueblo no tiene mucho que ver, es un gran lugar si necesitáis hacer un alto en el camino para descansar: con calles bien asfaltadas, mucha oferta de restaurantes y cafeterías, un par de sitios de internet, una vida tranquila y mucho más barata que la de sus vecinos en Kirguistán, Isfara es un buen sitio para echar el ancla unos días y coger fuerzas. Por desgracia, teníamos que movernos a Khojand dónde nos esperaba Khan con muchas más historias que contarnos.
Isfara es el lugar del que mejor recuerdo nos llevamos de Tayikistán, ya que a medida que nos acercamos a su capital, el país se fue oscureciendo a nuestros ojos a un punto de no lamentar el tener que irnos… lo siento Tayikistán, pero tu corrupción intrínseca eclipsa la hospitalidad de tus gentes. Todo nos pareció muy antiguo… mucho más que en sus vecino, de ahí que hayamos querido transmitir esa sensación en las pocas fotos que hicimos debido a la lluvia que nos acompañó todo el tiempo en Isfara.
Taxi Batken a Isfara … 100 COM/ por persona
Cambio de Tayikistán 1€ = 7,4TJS
Hotel Isfara… Doble con baño sin agua caliente 40TJS
Comida en un café 10TJS
Té con pasteles varios, galletas y pastas… 5TJS
Tarjeta SIM con 2Gb de internet 50TJS
Taxi de Isfara a Khojand 15TJS/persona