Te levantas y sales a descubrir la capital de un país que te ha contrariado tanto como conquistado durante las casi 3 semanas que llevas moviéndote por él. No sabes qué esperar ni qué pensar… Una ciudad que se autodefine como europea, signifique eso lo que signifique, moderna, cosmopolita y que lleva la batuta del progreso como estandarte… Dicen tener arte, una arquitectura transgresora, diseñadores punteros trabajando en sus edificaciones y la catedral más alta del mundo. Dicen ser iberos, y por tanto, españoles… aunque los españoles de íberos nos queda el nombre de la península y poco más… quizás a los vascos les quede algo de su sangre por sus venas, quien sabe, pero eso y 44 palabras en común con el Euskera, para ellos es suficiente como para emparentarse con nosotros y reafirmar su “origen europeo”… que lástima que han ido a querer hermanarse con el primo pobre de la tan ansiada Europa…
Y esto lo que leímos en guías y nos comentaron otros viajeros antes de llegar…
De Tbilisi sabíamos que hay que llevar siempre monedas porque no les gusta darte cambio… eso dicen las guías, justo debajo de “hospitalarios” te dice que por no darte, no te dan ni la vuelta… creímos que era una exageración hasta que intentamos pagar una postal de 1 Lari con un billete de 5 Laris y nos tiraron el billete al suelo y nos arrancaron la postal de las manos… (y no, no es una exageración ni licencia poética… por desgracia, eso nos pasó en más de una ocasión).
Sabíamos que su centro de información turística situado en “Freedom Square” o Plaza de la Libertad funciona a las mil maravillas, que todo el mundo habla inglés y que son muy amables. Sabíamos que Liberty Square es el centro de la ciudad antigua y que desde allí deben salir nuestros paseos. Que tiene metro, aunque un poco escueto y muy anticuado y que pronto una empresa española se desplazará a Tbilisi a mejorarlo… y un montón de autobuses que nunca sabes a dónde van… pero al final, te mueves fácilmente por la ciudad. Sabíamos que en el Racha, cerca de Liberty Square se come de lujo, a buen precio y que la gente que lo lleva es muy amable…
Que tiene una gran oferta hotelera, hostelera, alberguera y de guesthouse a un precio inmejorable y que se puede visitar por muy poco dinero… Que por 4€ tienes cama en un hostel y por 16€ una habitación privada doble en el casco antiguo de Tbilisi al ladito del Racha… Sabíamos que es segura, que puedes pasear tranquilo y que lo único peligroso son los taxistas y sus disparatados cambios de precios.
Sabíamos que ha albergado los juegos olímpicos juveniles y la supercopa de Europa… que se muere por ser Europa y que ya coloca las estrellas allí dónde puede… que gasta mucho dinero en mostrar al mundo que son “nuevos”… lo malo es que no tienen suficientes alfombras para esconder debajo todo lo que es viejo… aquello que no les gusta o no encaja con su nueva Tbilisi…. Dónde metemos a los abuelos? Esos abuelos que abarrotan las calles mendigando a los turistas porque cobran 50€ al mes de pensión en un país dónde un kilo de pollo puede costar 8€ o un zumo 2€? Dónde metemos a todos los pobres? Es genial visitar la catedral más alta del mundo, y encontrar en la puerta y jardines más de 50 personas mendigando en total… Y ahí es cuando de pronto, me di cuenta y fui consciente de que Tbilisi no me gusta. Y no es por su arquitectura, la cual me pareció interesante, original incluso y llamativa… tiene calles muy atractivas y vivas además de su casco antiguo caótico, desordenado y lleno de historia… no es por su transporte, el cual es mucho más eficaz que el de algunos de sus vecinos. No es por su río, ni por el espectacular puente que lo cruza pero que no lleva a ningún lado y lo tienen que desarmar. No es porque su ayuntamiento nuevo sea un desafío a la lógica arquitectónica y el viejo haya quedado vacío… Es por su absoluta falta de criterio y su osadía de creer que de fuera vendrán a limpiarle la casa. Con el dinero que costó esa ostentosa catedral, cuántos abuelos podrían haber comido y durante cuánto tiempo? En Georgia sólo hay poco más de 3 millones de habitantes… el presidente debería conocer los nombres de todos y cada uno de sus ciudadanos y no consentir que pasaran hambre ni penurias… Casas sin ventanas, calles sin asfalto, problemas gravísimos de agua corriente… Y el gobierno sigue invirtiendo en organizar las fiestas Europeas que a Berlín le sobran… Así que no, no me gustó Tbilisi aunque recomiendo a todo el mundo que vaya porque su arquitectura es digna de visitar y la ciudad tiene un encanto muy especial… quien sabe, quizás este nuevo presidente recupera el juicio y pone orden en las prioridades de su país… O quizás cuando vayáis han tejido mejores alfombras dónde esconder a sus abuelos y sus miserias debajo…
Qué ver en Tbilisi?
En Tbilisi hay una iglesia de cada, de todas las cristiandades, una de cada islam y hasta una sinagoga… hay un hamman que dicen que no es un hamman que son unos baños y tiene hasta una cascada escondida en su centro histórico! Tiene fachadas de colores, aunque los azules y verdes predominan, si buscas encuentras el arcoíris… tiene grafitis preciosos y pizarras callejeras. Tiene estatuas de todos los colores, sobretodo doradas y tiene muchos sant jordis… con y sin dragón, con y sin lanza. Y hasta hace sólo unos días… tenía también un tigre suelto por la calle… pero eso es harina de otro costal!
Y por supuesto, Tbilisi es lugar de salida y de llegada si sólo se visita este país, y puede usarse de epicentro para todas las excursiones. En Tbilisi hay bastante cocina internacional, aunque cara, hay infinidad de bares y locales de ocio, además de un exceso de Mercedes, Porsche y hasta Ferraris que vimos por la calle… tiendas de ropa de lujo y granizados de naranja por 2€. Pero también hay helados por 1 Lari (0,3€) y kadchapury por menos de 2 si miráis bajo el suelo… sí si, en esas pasarelas subterráneas que cruzan las calles se encuentran los mejores precios para su fast food… al menos en el centro!
Veas lo que veas y sientas lo que sientas, Tbilisi, como Georgia, no te dejará indiferente… contradictoria y a veces dantesca es un destino que hay que visitar para poder valorar.
Os entiendo a la perfección, estuve viviendo allí 6 meses. Odio y amo ese país a partes iguales. Decidí marcharme porque no podía más y desde entonces ya he vuelto a visitarlo una vez y tengo ganas de que llegue la siguiente visita.
Lo que decís sobre la catedral tiene un motivo/problema más profundo: la religión, y un patriarca cuya opinión dirige las vidas tanto o más que las de los políticos.
Georgia vendría a ser una España antigua, donde el trato humano y la confianza predominaba, pero también la envidia o el hecho de estar muy cerrados de mente. Al menos algunos pocos luchan por modernizarse o piensan en poder salir de allí, mientras otros ven con recelo poder perder sus tradiciones.
Es cierto que en ocasiones puede que no tenga mucha lógica pero, como decís también, es algo que se experimenta con un viaje algo duradero y que deje incluirte en su día a día. Ese día a dia puede volverte loco pero otras veces te hará ver tu existencia desde otro punto de vista.
Gracias por el artículo. 🙂
Es justo esa sensación la que nos provocó el país… amor odio a partes iguales. Aún hay días que echamos de menos cosas de Georgia… con el tiempo, supongo que sólo se quedan los buenos recuerdos. Si bien es cierto que encontramos un país profundamente religioso, no sabíamos que el patriarca estaba tan inmiscuido en el gobierno… Gracias por el dato, aclara muchas cosas, aunque no las justifique.
Muchísimas gracias a ti por leernos y darnos tu opinión, y sobretodo hacernos sentir que nuestra visión no es aislada ni fuimos demasiado críticos con Georgia… Un abrazo!
No quería decir que el patriarca mande desde dentro del gobierno, esto lo desconozco, pero sí que lo que dice él va a misa (nunca mejor dicho) con una fuerza mucho mayor que la del presidente, por ejemplo. (Llegué a oír comentarios de que si él alzara la voz para recomenzar una guerra contra Rusia o sus «repúblicas autónomas» podría armarse una buena, del mismo modo que el famoso 17 de mayo en Tbilisi hace unos años.
Reflexionando un poco, diría que lo más difícil a la hora de vivir en Georgia es parecer georgiano y no serlo. Los españoles podemos pasar sin problemas por uno más de ellos y ante sus ojos seremos georgianos raros, que actúan de un modo fuera de lo común o incorrecto. Yo tenía algunos amigos extranjeros (rubios, más claros de piel, etc) y con ellos no tenían problemas, como si eso mismo les excusara actuaran como actuaran o quizá porque que los visitantes son un regalo de Dios. Por otra parte y aunque con lo comentado anteriormente parezca lo contrario, también se llega a disfrutar de una libertad individual muy particular, cada persona dentro de lo que está socialmente aceptado puede hacer lo que le da la gana. Esto creo un gran caos por lo general, pero también les deja vivir en una sociedad sin tantas reglas, no como en los países más occidentales donde todo tiene una ley.
Me ha gustado leeros precisamente por lo mismo, por ver una visión que normalmente poca gente comparte o se atreve a compartir. Aun así, como ya os dije, estoy mirando a ver cuándo puedo volver por allí a hacer una visita más a ese país donde parece que no pasa el tiempo.
Así es Uts, el ciudadano debería ser la prioridad puesto que es el sustento mismo de la nación, aunque de jubilados se trate, hay que agradecerles con el sustento normal lo que hicieron por las futuras generaciones y la patria, si no fuese por ello, ni siquiera hubieran nacido, si el gobierno no los apoya, por lo menos sus hijos y sus nietos, no crees?
Lo que una tiene que ver y vivir para contarlo no?, y comprobar que cada lugar del mundo tiene su lógica e idiosincracia… hay que ser empático para comprender a los ciudadanos del mundo sin que nos afecte mucho… a mi me afectó tu relato y allí no iría, porque lloraría de impotencia… EN FIN, así ha de ser
Es muy complicado y cuantos más países exsoviéticos conocemos más nos cuesta entender a Georgia y esa necesidad exagerada de atraer turismo a cualquier precio, incluso a costa de sus ciudadanos. El resto de países son pobres pero no hemos visto a tanta gente mendigando, lo normal de todas las ciudades, ni nadie nos ha dicho que haya colectivos pasando hambre. A mi me impactó mucho porque creo que lo más importante para un gobierno deberían ser las personas y más en un país tan pequeño!