Borjomi… el agua que todo lo cura
Cuando viajas durante mucho tiempo por un mismo país, al final, puede dejar de sorprenderte. No es el mismo impacto el que tiene en ti la primera iglesia, playa o mezquita que ves que la que hace 15. A cada una le exiges siempre más que a la anterior para que te sorprenda. Y es que, por desgracia, el ojo y la mente humana también se acostumbran a la ruta. Por eso, cuando después de casi 3 semanas en un país tan pequeño como Georgia siguen sorprendiéndote sus rincones y algunos pueblos, hace que sí o sí, lo consideres especial. […]