Isfahan es medio mundo

“Isfahan, nesf e yahan”… lo que en persa significa, Isfahan es medio mundo. Y es que la belleza de la que fue dos veces capital del imperio persa ha conquistado a todo aquél que la ha pisado en los últimos 2500 años de historia… Fueron los reyes los que ya 500 aD se enamoraron de ella… bien por su clima, bien por su ubicación, decidieron convertirla en su hogar de verano y eso… se notó desde el principio en la elegancia de su arquitectura.

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Aunque fue en el s.XV cuando alcanzó su esplendor… y en el XVII cuando una de las plazas más espectaculares del mundo vio la luz… creada como pista de Polo para capricho de los reyes, la plaza conocida como Mapa del Mundo, Naqshe Yahan, es el hogar de varios edificios increíbles… Y eso es lo primero que vamos a recorrer en este viaje a la capital de la cultura y la arquitectura iraní.

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Camina despacio… ves todas las fuentes y jardines? Todos ellos han sido diseñados siguiendo patrones de simetría… y es que si hay algo que los persas sabían hacer mejor que nadie, eso eran sus jardines. Algo que la Unesco no ha dejado pasar y ha declarado Patrimonio de la Humanidad en estos últimos años. Ves esos postes? Son las porterías de la antigua pista de polo…

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Lo que ves al fondo es la increíble Mezquita del Imán o del Shah… una de las obras maestras de la arquitectura islámica a nivel mundial. También conocida como la Mezquita Real, al llegar a su puerta, vuelves a perder el aliento que acabas de recuperar… Coge aire porque vamos a entrar…

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30 metros de puerta recubiertos de azulejos y láminas de oro… agrestes y desafiantes Minaretes te miran desde las alturas con el desdén de quien lleva esperándote más de 400 años… De dónde vienes? Parece preguntar, mientras las paredes que los rodean parecen tener la intención de abrazarte… Y es que si hay algo característico de Irán son sus altos y violentos minaretes, apuntando al cielo cual espadas blandidas por soldados…

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… pero con tan soberbia cúpula no se puede tener una, sino que se deben tener dos puertas… en una estructura confusa, y sin estar alienadas, parece que posaran para poder salir todas en la foto… pero es que esa cúpula bien merecía la muesca en el camino de entrada…

Pero no te relajes porque su interior no te va a poner las cosas más fáciles… sin que hayas tenido tiempo de coger aire de nuevo, te sumergirás en unos pasillos cuyos azulejos turquesas cubiertos de flores son una oda a la primavera y la más pura evidencia de que si algo amaban los persas, eran las flores…

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No es de extrañar que esta entrada sea el orgullo de los habitantes de Isfahán, quienes acuden a la plaza a disfrutar de sus vistas siempre que pueden…

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Recuperada de la falta de aire y aliento provocada por la mezquita, continúas tu ruta por la plaza… y esta vez, te encuentras con la Mezquita del Sheij Lotfollah, otra obra de arte, más pequeña y sin patio, pero cuya decoración es tan minimalista y delicada que te deja una vez más boquiabierto…

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Para recuperar el aliento, y protegerte del calor, decides moverte por las galerías de artesanos que rodean la plaza… y vas descubriendo en ellas no sólo el mejor falafel del barrio y al mejor precio, también las más hermosas artesanías, dulces y una vez más… su gente. Cálida y acogedora como siempre… Degustas sus gaz, dulces de pistacho y miel y sigues caminando entre miniaturas de perfumes y cristales finísimos…

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caminas a través del gran bazar, el e Bozorg, un laberinto de galerías, grutas y rincones, conectados entre sí por hermosas fuentes que parecen no tener ninguna lógica en su distribución

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No dejas de mirar al techo, dejándote seducir por sus bóvedas azules y sus locales escondidos... y fantaseas despierta mientras saboreas sus colores y paladeas sus olores…

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Te pierdes una y otra vez, y te perderás varias veces en los 4 días que vas a estar en la ciudad… pero, hay mejor manera, y más fresquita, de disfrutar de las horas y las gentes en Isfahan?

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Aprendiendo lo que es el Ta’arof

Fue en el bazar, aprovechando la alta calidad de los productos y sus bajos precios dónde decidí comprar ropa interior que me faltaba. Tras unas risas con la dependienta quien no hablaba inglés y “autoservirme” el producto, al preguntar “cuánto es”, me dijo… “nada”. Es una tradición Iraní que el comprador tenga que insistir en pagar por lo que se lleva… que por supuesto, no es gratis! No es normal que se lo hagan a los turistas, ya que el riesgo de que se vayan sin pagar es alto… pero tuve el placer de vivirlo y me dejó con una gran sonrisa en la boca. Ta’arof!

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A través del gran Bazar, llegas a otra de esas joyas ocultas de la ciudad que sobresalen entre el resto… la Mezquita del Viernes. Con dos cúpulas enfrentadas separadas por un enorme patio con una fuente en el centro,  recuerda a la estructura clásica que ya habíamos visto en Samarcanda

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… Lo mejor de la visita, es perderse entre las innumerables salas que tiene… recorrer sus columnatas, disfrutar de sus mosaicos turquesas, que aunque sus cúpulas estén desnudas sus paredes son, como ya empieza a ser costumbre, obras de arte islámicas…

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Pero no sólo de Mezquitas vive Isfahán, y habiendo sido tierra de Reyes, tiene grandes palacios que merecen la visita. Debido al coste de las entradas, te decides por uno… el Palacio Hash Besheht o de los 8 paraísos… con es nombre, no podías no entrar!

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Planta octogonal y sin paredes… decides entrar en el primero de los pequeños edificios que lo componen y te quedas…

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… sin aire de nuevo…

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… pues eso… entre los frescos y los techos dorados, la impresión es tan increíble que tardas el triple de lo necesario en salir del palacio…

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Techo

… sencillamente mágico… de las mejores visitas que se pueden hacer en Isfahán…

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El Palacio Ali Qapu estaba en obras durante nuestra visita, aunque dicen que es una verdadera joya de 6 plantas muy digna de ver… y el Palacio Chehel Sotun nos pareció cara la entrada… A Irán se le ha ido la mano con los precios de las entradas para turistas y se han multiplicado por 10 en los últimos 2 años, algo que no creemos que ayude a atraer más turismo. 

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Cruzas uno de los 7 puentes que conectan los dos lados de la ciudad y dónde, en sus arcos, los jóvenes disfrutan de momentos de intimidad, lejos de los ojos indiscretos de las policías de la moralidad, también llamadas viejas del visillo por el sr. Ets… Un puente fantástico que hay que visitar de día, de noche y al atardecer…

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Y te dejas para el final lo que más te impresiona… la Catedral de Vank. La iglesia Armenia más importante del país, dónde se mezcla arte iraní y el más puro estilo renacentista italiano… una joya que nos dejó, una vez más, al borde del colapso…

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También hay en el recinto un museo del genocidio, tan presente aún en la historia de los Armenios…

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Puedes ver más fotos de la Catedral en esta entrada fotográfica… Coge aire antes de hacer click que después te va a faltar!

Abandonas Isfahán con la sensación de haberle robado al mundo un trozo de su historia… la cual junto con su encanto y fastuosidad irán contigo en tu mochila por los siglos de los siglos…