Manavgat… un alto en el camino

Cuando nuestro anfitrión en Konya nos dijo que retrasaba dos días su llegada a la ciudad, decidimos buscar un lugar donde hacer un par de noches entre Antalya y Konya. Escudriñando el mapa y sin saber muy bien lo que buscábamos dimos con Manavgat y con uno de los mejores hosts que hemos tenido: un médico muy entregado a su comunidad, ciclista y con una mente brillante.

Nada sabíamos de Manavgat antes de llegar, así que como siempre que no hay expectativas, la sorpresa se apoderó de nosotros al bajarnos del bus.

Llegamos a una ciudad preciosa, como ya habíamos visto en Antalya, cuidada al más mínimo detalle. Un puente cruzaba un espectacular río que por un segundo nos transportó lejos de Turquía al canal del Midi… barcos de madera descansaban tranquilos en su orilla y los árboles y flores perfilaban un río que con la luz del atardecer no dejaba de sorprendernos.

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Caminamos tranquilos a lo largo del rio por el que es uno de los paseos más bonitos que hemos recorrido en Turquía. La luz iba enrojeciendo el escenario y una mezquita radiante y nueva intentaba destacar de entre la naturaleza sin mucho éxito a pesar de sus colores plateados y sus pícaros reflejos. Tuvo que llamarnos a la oración, como cada día 5 veces, para que nos percatáramos de su presencia…

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Más iba a sorprendernos Manavgat al saber que ese hermoso río que nos había seducido desde el primer instante que pusimos los pies en la ciudad tenía, además, una preciosa cascada a tan solo 2 km de dónde estábamos. No pudimos decir no… incluso cuando supimos que había que pagar entrada para verla (5TRL) decidimos ir. Había dolmus pero como de costumbre quisimos caminar… no es que la ruta sea muy bonita, pero es llano, y nunca está de más estirar las piernas y ahorrar unas liras.

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Por supuesto, si no no sería Turquía, dentro del recinto había un pequeño mercadillo montado… la cantidad de turistas nos sorprendió muchísimo, pero aun no sabíamos lo que descubriríamos después… Side tiene la culpa.

Disfrutamos de la cascada, de las fotos, de las vistas, del tiempo y del paseo de vuelto que nos llevó de nuevo a Manavgat para descubrir su otra cara… la que nos seduciría y escandalizaría a partes iguales: Side.

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Side es un pequeño pueblo costero a unos 10km de Manavgat, bañado por el Mediterraneo, que alberga una ciudad romana de la que se tienen datos hasta en el periodo bizantino. Una ruinas preciosas que incluyen un Teatro romano, que hay que pagar por visitar, el Ágora, un templo a Apolo y un conjunto de casas bizantinas que se pueden visitar libremente, entre otros edificios. Caminar por sus calles, entrar en sus casas y disfrutar de sus estancias dejando volar la imaginación y siguiendo los detallados carteles que poblaban la calle fue espectacular. Tanto que son pocas las fotos que hicimos… y es que a veces hay que elegir!

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Adentrándonos en los caminos encontramos lo que creen que fue un Hospital Bizantino… Sus ruinas están en bastante buen estado y se puede pasear por dentro… también se puede bajar al segundo piso y respirar el aire que seguro lleva historia en todos sus ácaros, tocar sus robustas piedras que han sobrevivido a culturas, guerras y terremotos e imaginar cómo debía ser la vida antaño y cuan grande debía ser la ciudad debido a la distancia que había entre las casas o el templo de Apolo y el Hospital.

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El templo de Apolo a duras penas conserva su frontal… 5 columnas majestuosas que siguen desafiando al mar a pesar de los siglos y las tormentas y siguen clamando “Aquí estoy” en un lugar tan emblemático como la bahía… y es que la bahía de Side es sencillamente espectacular. El mar se torna en su costa más azul que en ningún otro sitio y el contraste con sus casas blancas de madera y sus coloridas terrazas es digno de ver.

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Un momento… has dicho que te escandalizó? Qué tenía de malo el sitio?

Resulta que Side es el destino turístico por excelencia de Rusos y Alemanes desde hace años. En Antalya ya nos hablaron de la gran afluencia de turismo germano que había en esa zona pero lo de Side fue increíble… Todos los precios que estábamos acostumbrados a ver en Liras Turcas, de pronto, se convirtieron en Euros… mismo importe, cambio de divisa. Es decir, un çay por 1€ en vez de 1 TRL, una hamburguesa por 8€ en vez de 8TRL… y así con todo. Y lo mejor es que los rusos y alemanes estaban encantados valorando lo barato que era el sitio.

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Lo más gracioso fue que en un bar, al preguntar el precio del çay y decirnos 1€, le respondimos que nosotros ya no teníamos  € después de 6 semanas en Turquía, que nos lo dijera en Liras, a lo que sonrió, habló con nosotros un rato y nos cobró 1TRL… precio local. Así que si estáis de ruta y queréis tomaros algo en Side, no dudéis en intentar que os den los precios en Liras… a nosotros nos funcionó!

Una vez más la ausencia de prisa, la improvisación y la hospitalidad de este pueblo que nos tiene el corazón robado, nos regalaron un fin de semana perfecto. Como siempre decimos… viajad despacio y descubriréis mucho más a vuestro paso. Imperdible Manavgat…

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