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Aktau… cuando la palabra decadencia alcaza su zénit

He usado tantas veces esa palabra para describir ciudades o poblaciones, que ahora la he perdido como recurso. Ya no puedo usarla porque me sabría a poco… Aktau no es decadente, es precaria, decrépita y no es más que la sombra maltrecha de lo que debió ser en su día. En resumidas cuentas, es el escenario perfecto para rodar unos cuantos capítulos apocalípticos sobre zombis, guerras z o demás… eso si no la han usado ya.

Fue una ciudad costera, dónde había playa y mucho ocio, dónde habían edificios de apartamentos para los turistas que se acercaban a disfrutar del verano. Había restaurantes, clubs, discotecas y todo tipo de divertimento estival… había vida, mucha vida y mucha felicidad. Una ciudad artificial creada en los años 60 para satisfacer las necesidades turísticas de la antigua URSS y dónde residían de forma permanente los trabajadores encargados de la extracción de petroleo… porque sí, Aktau, tiene petroleo aunque su beneficio no se vea en sus calles… Hoy en día, y estando a sólo 1 hora en avión de Bakú, os podéis imaginar que pocos desean seguir residiendo allí…

Ejemplo de edificios marcados con el número...

Hoy en día no hay nada, al menos nada de lo que había antes… en pleno agosto y la ciudad está desierta. Un ferry que llega dos veces por semana desde Bakú es lo que hace que viajeros y mochileros pisen esa ciudad. Si no, no llegaríamos nunca a ubicarla en el mapa. Es tan poco el tráfico de extranjeros que tienen que es abusivo el precio de los hoteles y alojamientos: el único hostal que existe y que vale 10$ por persona y noche es un cuchitril tan nefasto y asqueroso que no se lo desearías ni a tu peor enemigo. Al final, en un motel de carretera se apiadaron de nosotros y nos pudimos alojar en una habitación limpia por 24$ la noche los dos… un poco más que el hostel, pero sin pulgas ni cucarachas pululando por la habitación. Íbamos a estar poco tiempo allí… es base para coger el tren a Uzbekistán y salir corriendo. La bicicleta o el autostop… pero la cuestión es que no hay nada que te retenga en Aktau más de 10 minutos tras tu llegada. Nuestro tren salía un día más tarde de lo pensado, así que al final estuvimos 3 noches esa ciudad…

Aktau

Salimos a pasear

Increible pero cierto Aktau está en la lonely planet… nos marcó un casco antiguo que intentamos encontrar. Misión imposible: nada es antiguo… allí todo es viejo. Cadáveres putrefactos de edificios soviéticos, desoladoras calles que los rodean y decrépitos árboles que no dan ni sombra. No hay calles, tan sólo distritos y números de bloques, avenidas interminables y tanto, tantísimo espacio para recorrer, que las distancias son eternas. Pero esa eternidad que se convierte en infernal, porque el calor se volvió insoportable en aquel cementerio de asfalto.

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El paseo marítimo tiene unas cuántas barras de hierro de esas que se supone que son un gimnasio callejero, algunos árboles esparcidos, pero escasos, y mucho, muchísimo cemento por todas partes.

Pero lo mejor es la playa… hecha de roca y cemento, sin un solo grano de arena, está llena de hierros oxidados, restos de cristales, basura de todos los colores y decorada con diferentes estructuras también metálicas que hacen parecer que algún día Aktau tuvo algo de valor turístico… Lo más sorprendente es que había dos mujeres bañándose en el agua… un agua que iba a juego con la playa que bañaba, sucia y maloliente que lucía una extraña capa grasienta en su superficie. Lo más curioso es que mientras escribo me doy cuenta de lo denigrante que es para las palabras “playa” o “agua” que las esté utilizando en este texto… pero soy incapaz de encontrar otras por las que sustituirlas.

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Playa

Hay varios monumentos en la ciudad, y lo más curioso es ver a las parejas de novios ir de uno a otro a hacerse fotos “bonitas”… foto bajo un caza militar, foto en un velador bastante desolado y rodeado de banderas… Foto en un monumento a la segunda guerra mundial… pero es lo que hay. “D’on no n’hi ha no en raja” que decimos los catalanes… y que gran verdad cuando se aplica a esta ciudad! Ni una flor con la que decorar las fotos de boda…

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Boda

Comprando los billetes para viajar a Kungrad (Uzbekistán)

Taxi del aeropuerto al centro: 10$

Taxi del centro a la estación de tren 1.000 Tengues (5$)

Localizamos la estación de tren, con cierta angustia porque queríamos salir de allí cuánto antes. Está a unos 5km del “centro” y sólo se puede llegar en taxi. O eso nos dijeron. Como en todo centro asia, basta con salir a la calle, levantar la mano y cualquier coche se convierte automáticamente en un taxi. Tú debes darles el precio, lo que se complica cuando no hablas su idioma… si no les interesa se van… se puede regatear. Y no está de más asegurarse que es por los dos, si viajáis en pareja!

En la estación de trenes, entrando al fondo a la derecha, hay una pequeña oficina donde hay dos chicas jóvenes que hablan inglés… que os ayuden a sacar el billete, porque si no, la cajera no os lo venderá y os dirá que vayáis a una agencia la cual cobra comisión…